jueves, 31 de diciembre de 2015

2015

Qué difícil, qué ambiguo me resulta despedir este año: el año que se llevó a mi hija, pero también el último que la vio vivir... Quiero odiarlo, un poco, porque sí, porque me parece justo tenerle bronca, porque Emilia, porque el ectópico y la operación y blablá... pero no, ni tanto. Podríamos decir que intentó compensar hacia el final, regalándome esta semillita que quizás esté creciendo adentro mío, pero tampoco; a quién quiero engañar, eso no me compensa a Emilia, su fugaz y hermoso pasaje por mi vida, su ausencia tan dolorosa. Sin embargo, fue este año, el tiempo que lo conformó, encapsulado en esos 337 días que viví sin ella, el que me fue acariciando despacito, suavecito, en silencio, y que fue suavizando de a poco su recuerdo, ya no siempre punzante, cada vez más tierno, cada vez más dulce, que me hace sonreír cada vez más, y llorar cada vez menos.
Fue un año intenso, doloroso, cargado con mucho sufrimiento y estrés, pero también vino con mucha compasión, con mucha compañía, amistad y consuelo, esperanza, lucha, batalla, optimismo. Vino con amor, mucho amor, y también se va con amor, y eso es todo.
No sé bien qué siento, pero estoy contenta de que termine. Chau 2015, bienvenido 2016. Te esperamos con los brazos, el corazón y el alma abiertos. Por favor, traenos lo mejor.
Felicidad para todos, chin chin!

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Esperar [lo mejor]

Esta mañana me desperté a  las seis, comprobé alarmada que las manchas seguían ahí -incluso hasta más rojizas- y me di cuenta de que no iba a soportar otro día más de millones de idas y vueltas al baño sumida en la ignorancia, así que me duché, lo desperté a IC y nos fuimos a la guardia del Anchorena. La beta subió a 7169 (lo cual está muy bien, ya que hubiera sido suficiente con 3700), pero en la ecografía no se vio embrión, ni saco vitelino. No me quieren alarmar porque la bolsita, que sí se vio y está bien agarradita en el útero (lo cual no es poca cosa, considerando mi suerte y mis antecedentes, que se haya alojado ahí y que no haya preferido, por ejemplo, alojarse en el dedo gordo del pie, o en un brazo, por tirar una idea), es todavía muy chiquita, mide apenas 12 mm, tamaño adecuado para el tiempo de embarazo que tengo y que puede ser por eso que todavía no se vea nada. O es eso, o es que no va a haber embrión. O sea, estamos en la nada misma. Forzando la vista y apretando bastante, tanto la médica, como IC y yo logramos ver, por momentos, algo ahí en el medio. Peeeero, si era una mancha, si eran las ganas o qué, no podremos decirlo hasta dentro de una semana. Dios mío, qué semana me espera!

martes, 29 de diciembre de 2015

El manchado, el pánico

Iba a venir a contar que ayer fui a la obstetra y que ya me dio la orden para hacer la primera eco a partir de la semana que viene, pero mejor les cuento que desde ayer estoy, ocasionalmente, con un pequeñísimo, casi imperceptible manchado intermitente, las más de las veces solo cuando me limpio, y algunas sensaciones raras en la panza. Y que el pánico, los fantasmas, la fantasía, la locura y la ansiedad se me suben a los hombros para susurrarme al oído que no, que no me haga ilusiones, que yo no tengo finales felices. Cada tanto los espanto como si fueran mosquitos molestos y logro pensar que sí, que seguro que es por implantación, que seguro ALGO. Pero seguro NADA, como siempre. Solo que estoy tomando dos comprimidos diarios de progesterona desde la primera beta y que esto no debería ocurrir. El miedo descontrola. Por momentos pienso "Ya fue, seguro que lo perdí, o que no se formó, o que no está en el útero o que se yo" y por otros, digo: "Emilia, por favor, cuidame a tu hermanito, protegelo".
En fin. Así las cosas, la espera que desespera. Trato de recordarme que estoy frente a una linda oportunidad, pero qué difícil.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Un día más

Beta 458. Parecería que la semillita quiere crecer.
Estoy hecha una loca, camino por las paredes, chequeo el celular cada 20 segundos a ver si mi doc de fertilidad me dice algo. Por ejemplo feliz navidad. Estoy tan acostumbrada a las malas noticias que estoy alerta, esperando que me diga que es baja, que duplicó justo, no sé, algo que sirva de alfiler para pincharme el globo.
Deseo tanto este bebé que no lo puedo explicar. Que este sueño crezca, de a un día a la vez ♥

"Un día más... un días más...
Arriba el sol
abajo el reflejo
de como estalla mi alma"

Puente
G. Cerati


lunes, 21 de diciembre de 2015

Mi cuarto positivo

¿Señal? ¿Coincidencia? ¿Azar? Pónganle el nombre que quieran, pero el viernes pasado, 18 de diciembre, exactamente dos años después de sospechar que venía Emilia, a dos años de esto, una nueva sospecha asomó en el horizonte. Un nuevo evatest levemente positivo, seguido de uno bastante más positivo 48 horas después. Hoy fui a hacerme la beta: 191. Le consulté al doc: "Está bien el número, progesterona mañana y noche, repetí el miércoles para ver que duplique".
Por cuarta vez estoy embarazada.
Mi fecha de última menstruación es exactamente la misma que con Emilia, es decir que si la semillita crece, la fecha propable de parto es exactamente la misma que tuvo originalmente su hermana.
Insisto: ¿Señal? ¿Coincidencia? ¿Azar? Llámenlo como quieran, yo ya no entiendo nada.
Ahora... a rogar que duplique ♥


viernes, 11 de diciembre de 2015

El sueño

1) Soñé que tenía que dejar a Emilia en un lugar, con mi mamá, ponele, porque tenía que hacer trámites. No recuerdo la parte en que la dejé, creo que agarré la película empezada, cuando la tenía que ir a buscar. Me abrían la puerta y ella estaba a upa de la mujer que la había cuidado, igual a como la recuerdo, chiquita como cuando murió. Pero hablaba. Y yo la abrazaba en el sueño muy contenta de volver a verla y ella me abrazaba fuerte y se ponía a llorar, y muy angustiada, entre lágrimas, me decía algo así como "cómo me hiciste llorar" o "cómo me hiciste sufrir", no sé, pero la idea era que yo la había dejado y ella había sufrido mucho por eso; yo la consolaba entre risas, diciéndole "Bueno, bueno, ya pasó, ya pasó, ya estoy acá" y le daba besos y le fregaba la espalda, muy contenta de tenerla entre mis brazos. Fin del sueño.

2) Mi psicóloga sonríe dulcemente, detrás de su escritorio, mientras anota cosas. Elige las palabras, que deja sucederse lo más suavemente que puede: "Según Freud, siempre uno es el protagonista de los sueños. Podríamos pensar que Emilia, en realidad eras vos, y viceversa. Vos le decías a tu hija que al morir, al irse, te hizo sufrir mucho". Y sí, podríamos. Sorpresa, pude decirle en mi sueño lo que yo creía que ni siquiera me atrevía a pensar: te fuiste, me dejaste y me hiciste sufrir. Un montón. Todavía sufro por tu culpa, por tu partida. Fuerte.

La magia de la terapia.

martes, 1 de diciembre de 2015

Los 40

Los 40 me llegaron en Villa Paranacito, Entre Ríos, en una casa que alquilamos a orillas del río, rodeada de verde, de sol, pájaros y luciérnagas. No hubo torta, solo una factura de dulce de leche para cumplir con lo dulce. Hubo asado, hubo vino tinto, hubo un rico perfume de regalo que IC escabulló en el auto en algún momento, hubo mini-siestas al sol, disfrutando, mirando, escuchando los árboles mecerse con el viento: "ssshhhhhhh schhhhhh"... Hubo paz, hubo amor, hubo algunas fotos de Emilia, hubo silencio y también risas. Hubo equilibrio, a pesar de los mosquitos.
Estoy preparada para transitar esta nueva década; espero que traiga mucho amor y mucha paz ♥