lunes, 26 de enero de 2015

El miércoles, la cirugía

Sí, llegó el día. Después del cateterismo todo se precipitó: nos llamaron de urgencia los cirujanos, vimos a la cardióloga y hace unos días nomás, el viernes pasado, nos confirmaron que a Emilia la operan el miércoles. Este miércoles 28 de enero.
El abismo se abre finalmente ante mí. Tengo mucha, pero mucha confianza en ella, en su fortaleza, en sus ganas de vivir. También confío mucho en el equipo de cirujanos que la va a operar. Pero el miedo... qué cosa más fea, qué enemigo duro de vencer.
En casa las cosas están bastante alocadas: contrariamente a lo que nos pasó siempre, que pudimos combatir los problemas muy unidos con IC, estas horas de tensión nos están enfrentando. En un momento estamos bien, en armonía, pensando en positivo y exorcizando el miedo juntos, y al siguiente, discutiendo como histéricos por cualquier pavada.
Estamos enfrentando esto como podemos, probablemente no de la mejor manera. Al mismo tiempo, intentamos disfrutar cada instante junto a Emilia, y tratamos de generarle la mayor tranquilidad posible.
Esta es definitivamente la situación más difícil que tuve que enfrentar en toda mi vida.
La operación va a durar alrededor de cinco horas y todavía no sé a qué hora empieza, pero supongo que a eso de las dos o tres de la tarde.
La que pueda, la que llegue a leer estas líneas a tiempo, la que lo desee, la que lo sienta, a la que le salga, por favor, piénsenos fuerte. Mi guerrera, mi leona, mi pequeña heroína, mi nube de azúcar, mi pompón de amor, mi copo de miel, mi sol, mi vida, mi todo y más aún nosotros lo vamos a necesitar.

miércoles, 14 de enero de 2015

Prueba superada

Prueba superada para la leona de casa, que entró casi dormida al cateterismo, después de haberse dejado hacer de todo y siempre con buen humor, y para los papás, que pasamos el momento con más calma de la que nos creíamos capaces.
Yo estuve divina, cantándole, haciéndola reír y dormir alternadamente hasta que se la entregué en brazos al anestesista. Ahí: buuuaaahhh para aflojar. Cuarenta y cinco minutos después, clavados, salió uno de los médicos a decir que el estudio ya estaba, que había salido bien, sin complicaciones. Le agradecí, le sonreí, me di vuelta y otro buuuaaahhh para aflojar. Y así toda la tarde.
Ahora estamos en una habitación en terapia intermedia, en pediatría; ella duerme y nosotros nos recuperamos.
Lo pasamos, ella puede, podemos.

miércoles, 7 de enero de 2015

La bronquiolitis y el cateterismo

El 31 Emilia despidió el año que la vio nacer con una tos sospechosa, que para el 1° ya era un catarro feo. Allá fuimos, a la guardia. Puede parecer que estamos locos, pero no: teníamos que enfrentar un cateterismo el 16, y la anestesia y los mocos en los pulmones es sabido que no se llevan. Por eso decidimos malograr el primer día de 2015 en el sanatorio -donde terminaron pinchándola dos veces para sacarle sangre, etc.- antes de que pase a mayores.
Pero pasó, y Emilia terminó con su primera bronquiolitis, que fue sorteando Ventolin mediante. En el medio del caos, un llamado para adelantar el cateterismo al 14 de enero nos terminó de liquidar con el estrés. Por suerte la chiquita de la casa salió adelante como una campeona y revisación acá, revisación allá, tenemos el ok de sus médicos para proceder.
Tuve mucho miedo, un miedo hormonal e irracional que me tuvo dos días llorando por los rincones. Me contagié su virus, me corté un dedo, me enojé y desenojé con IC tres veces, con una amiga una vez, con un par de médicos innumerables veces. En general nunca tuve razón, salvo con IC porque siempre considero que tengo alguna razón, sea cierto o no.
O sea, estuve insoportable.
Luego comí mucho y rico, me mimaron y mimé, miré Netflix a morir, y así junté coraje y también mis pedacitos y me dispuse a ponerme fuerte para ella.
Ahora me siento la mujer maravilla, el rey León, Sansón, Goliat, He-Man, el papá de La vida es bella, que se yo, todos los héroes juntos. Estoy, confiada, optimista, pensando que solo es un estudio, que va a salir todo bien y que tengo que reflejar mucha paz en los ojos para cuando ella la necesite.
El 14 a las 14, allí estaremos!