jueves, 7 de julio de 2016

33 semanas y una clase de preparto

Estamos llegando a la recta final, y conocer a Elena es un sueño que ya puedo acariciar con las puntas de los dedos. Me quedan exactamente 11 madrugones por delante y arranco con la licencia por maternidad. Me siento perfectamente, pero estoy pesada, me cuesta mucho despertarme por la mañana; la panza se me pone dura aunque viaje sentada en el colectivo; camino cinco cuadras y en seguida tengo que bajar el ritmo de la marcha porque de nuevo la panza dura, etc., pavadas todas, pero señales de que mi cuerpo necesita más reposo, así que estoy contando los días para poder quedarme, por fin, en casa.
Ayer empezamos el curso de preparto: lo da una señora muy mayor y muy dulce, que tuvo 7 hijos, y que me emocionó en más de una oportunidad con sus reflexiones y relatos. Es tan deseado este momento que todo se vive con una intensidad explosiva. Aprendimos respiraciones y jadeos, cómo puede ayudar la pareja, etc. No sé cuánto de todo eso se pondrá o no en práctica, pero es de nuevo la magia de saber que esto es real y que me está pasando lo que me maravilla. Y voy al curso de preparto y jadeo, y me concentro, porque es el disfrute por anticipado. Es prepararnos para traer a mi chiquita del lado de afuera de mi cuerpo. No lo puedo creer, finalmente, va a estar acá ♥