Este próximo jueves voy a estar de 12 + 6, o sea, casi 13 semanas, y tengo turno para la TN plus: la ecografía que mide no solo la translucencia nucal (que supuestamente sirve de indicador para ciertos problemas del bebé), sino que combina ese resultado con los de un análisis de sangre que mide dos hormonas secretadas por la placenta. Toda esa información combinada va a arrojar ciertas probabilidades que son las que se supone que tengo, por mi edad y por mis niveles de hormonas, de tener un hijo con síndrome de down o alguna otra afección congénita. Probabilidades que, de dar muy aumentadas, seguramente conllevarán a la tan -por mi- temida punción de las vellosidades coriónicas.
Este estudio me despierta muchas emociones y casi ninguna buena. ¿Por qué? Porque siento que en mi caso, no sirve para nada. Voy por partes:
• En el caso de Emilia, no hice la versión "plus" de esta ecografía (no me la indicaron), pero la medida del pliegue nucal me dio perfecta: 1 mm. De libro. No debería haber dado bien, siendo que mi hija tenía un corazón con ventrículo único.
• Estos estudios detectan cuestiones genéticas, en los cromosomas del bebé. En el caso de Emilia, el análisis genético que se le hizo al nacer demostró que sus cromosomas estaban perfectamente, su problema no tenía un origen genético, sino que había sido una malformación azarosa sucedida al momento de desarrollarse su corazoncito. Según entiendo, estos estudios no hubieran detectado su problema, y supongo que tampoco lo harían en todas las malformaciones posibles que no tengan un origen genético.
• Tengo la impresión, tal vez infundada, de que estos estudios están pensados para que uno pueda interrumpir el embarazo en caso de un resultado desalentador. En mi caso particular, no hubiera terminado el embarazo de Emilia aún si hubiera estado a tiempo de hacerlo y dudo que vaya a hacerlo en este caso tampoco, a menos que se trate de algo terrible para el bebé. En líneas generales soy una optimista perdida, y creo que siempre voy a apostar a lucharla contra viento y marea.
• Lo cual me lleva a pensar en para qué corno me lo hago. Si bien conocer en la semana 22 del embarazo el problema con el que venía Emilia nos ayudó a prepararnos psicológicamente para enfrentarlo y a organizar su nacimiento en el lugar más adecuado posible, etc., la realidad es que nos amargó el embarazo desde muy temprano. O sea, enterarme en la semana 13 de que mi bebé viene con algún problema que no puedo remediar me arruinaría el embarazo de manera bastante gratuita.
Hago la importante aclaración de que el problema de Emi se evidenció a través del
scan fetal, estudio que no cuestiono en lo más mínimo, ya que sirve para detectar un montón de cosas del bebé, de la placenta, del cordón umbilical, del líquido amniótico, etc., muchas de las cuales sí tienen solución o por lo menos se puede tomar medidas para paliarlas. Lo que me pregunto es cuál es la utilidad, no en general, sino en mi caso absolutamente particular, de hacerme esta TN plus, que de todas maneras, a pesar de todo, voy a hacerme sin chistar, solo porque me la indicó mi obstetra en quien confío, y punto.
Creo que lo que estoy haciendo en esta entrada es decir "al cabo que ni quería", porque tengo tanto miedo de que me dé mal, tengo tanto maldito terror de volver a pasar por todo lo que pasé, que preferiría no hacerme una ecografía nunca más y vivir como en la época de mi mamá, donde te escuchaban el corazón del bebé a través de una corneta que te apoyaban en la panza y chau picho, cuando nazca te enterarás si es nena o nene, si es sano o no, si tiene todo en su lugar y cinco dedos en cada mano. Creo que simplemente es el miedo el que habla por mi boca.
Voy a enfocarme en que esta es una nueva oportunidad para ver al bebé, y en que tal vez, con un poco de suerte, este estudio me diga que "probablemente" todo esté bien, y, lo más importante, que tal vez yo pueda creerle.