domingo, 24 de agosto de 2014

Emilia, la leona

En la neo hay cinco sectores denominados "islas", la isla 1 es la de terapia intensiva y la 5 las de los bebés que están por recibir el alta. Emilia arrancó su vida en la incubadora n°1, es decir, la más complicada de todas. Un poco menos de 48 horas después la estaban trasladando al sector 4, la pasaban a una cuna normal, le sacaban las vías, nos permitían ponerle nuestra ropita, cambiarle los pañales y darle la mamadera, alzarla en brazos, mimarla, mimarla, mimarla y comerrrrla a besos y mirar esos ojazos enormes y encontrar el sentido del universo y de la vida escondidos en sus pupilas negras. Como yapa, hoy la pequeña decidió que ya tenía suficiente de esa horrible sonda que le daba arcadas, asique SE LA ARRANCÓ, y eso permitió que se prenda a la teta.
Ni siquiera en nuestro sueño más dulce nos permitimos esperar tanto. Sentimos un amor y una gratitud inexplicables.

PD: gracias x sus hermosos comentarios, los puedo leer pero se me complica contestarlos desde el teléfono. Cada uno se sintió como un abrazo. Gracias.

jueves, 21 de agosto de 2014

2,770 kg de amor

Emilia nació con 2,770 kg y lloró sola ni bien asomó su cabecita al mundo. Fue la voz, el canto más hermosos que haya oído jamás. La apretujaron bien, me la pusieron contra el pecho y se calmó. Y yo morí de amor. No hizo falta ponerle respirador, está muy bien, súper vital, satura oxígeno al 90% (lo cual está muy bien para su patología) pero sí fue necesario atarle la manito porque quería arrancarse todos los cables...
Yo todavía no pude ir a la Neo, pero IC sí. Dice que hace pucheros y que le agarra fuerte el dedo y se lo lleva para ella, cerquita de sí.
Hoy conocí una clase de amor nuevo. Uno increíble. Estoy sin palabras.
Un millón de gracias por el aguante de todo este tiempo, me hicieron mucho bien!

miércoles, 20 de agosto de 2014

Hoy nace Emilia

Las tortugas

Adentro de la tortuga mayor hay: dos rosarios, uno bendecido por el padre Mario de Rosario y el otro por la iglesia de San Ramón Nonato, cuatro medallitas, una medalla más grande, un trozo de piedra de cuarzo fortificado y no sé si me olvido de algo más, y por fuera tiene un moño de una cinta roja que también fue un obsequio. Como no queríamos llenarle la cunita de neo de chirimbolos se me ocurrió meterlos dentro de un solo muñeco. El patrón de esta belleza (por supuesto mil veces mejor logrado) está en Pica-Pau y les dejo el link por si lo quieren chusmear.
Podría decirse que con esto listo, el bolso armado, 10 kilos subidos en 39 semanas y el cavado aprolijado, estamos listos para partir.

39 semanas

No lo puedo creer, estamos llegando a la meta. En estado natural me faltaría todavía una semanita más, pero dado que cada día duermo un pelín más incómoda casi que no lo lamento... aunque sí, sí lo lamento, porque esto de las mamushkas y las pataditas está re bueno, uno quisiera que no termine nunca.
El miedo infinito está quedando atrás, tengo paralizada esa área frente a lo que resulta inevitable. Hace unos meses, cuando nos asomamos a este mundo cardíaco y cirujil, pensé que llegado este día iba a vivir al borde del desmayo o del colapso nervioso. Bueno, no. Estoy un poco nerviosa, pero prima el entusiasmo de pensar que mañana voy a verle la carita por primera vez.
IC está ansioso. Ayer se recortó la barba y el bigote, como si fuera a una reunión de trabajo o una fiesta formal. Al terminar me pregunta: "¿Te parece que le voy a gustar?". Yo me sonrío porque no puedo más de ternura, y le digo que sí, que le va a encantar, y que lo va a mirar embelesada cuando le cuente de esos documentales de la National Geographic que a mi me torran y que a él le encanta ver. Él acaricia la panza y le habla, le dice que la ama, que sea fuerte, que ya va a haber tiempo para dormir juntos y hacer todas esas cosas que siempre dijimos que nunca haríamos, y que un universo enorme la espera afuera lleno de ilusión por verla brillar y no sé que más porque me voy perdiendo en mis propios pensamientos y los dejo que tengan su momento de intimidad. También me pierdo porque lo miro y me dedico a disfrutar. La vida y la felicidad son un poco esto, ¿no? Una colección de momentos que nada puede hacer que vuelvan atrás.

martes, 19 de agosto de 2014

Último monitoreo, dos noches, dos lunas

Último monitoreo ok, me fui con las indicaciones finales de índole: no uñas pintadas, no maquillaje, no aritos ni cadenitas ni nada de metal, ayuno de 8 horas, llegar 2 horas antes. Y eso es todo.
Ya estoy, ya estamos! Solo quedan dos noches, dos lunas para enamorarme perdidamente.

sábado, 16 de agosto de 2014

El catrecito y un león

Desde aquella rotunda negativa inicial de no querer tener ni comprarle nada a la gorda "por si las moscas" fui cambiando de postura -en gran parte gracias a las charlas con amigas y los comentarios que me dejaron acá- hacia una mayor flexibilidad que me permitió tener lo indispensable para esperarla. Porque hice hincapié en eso, en esperarla; no en dejar librado al azar si viene o no viene y que sea lo que la vida quiera, sino en actuar con el convencimiento que me nace del corazón de que ella va a venir y que parte de su existencia tiene que ver con que yo la crea y la imagine y la espere y actúe en el mundo real de acuerdo con todo eso.
La cuestión es que le pedí a IC que traiga el catrecito que una amiga suya nos iba a prestar, con previa aclaración de "Mirá que es para varón, eeeh?". Seh, qué importa, no creo que a Emilia le haga la diferencia si es celeste o rosa; yo mientras la albergue, la arrumaque, la proteja y le regale calor y confort estoy hecha. Al abrirlo, descubrí con amplia sonrisa que tiene un león pintado en la tela que va en la cabecera.
A mi leona, un león le custodiará los sueños.

jueves, 14 de agosto de 2014

Los últimos días

"Igual vos si llegás a sentir cualquier cosa te venís para el sanatorio", me dijo la doc., arrastrando "cualquier cosa" con énfasis el día que tuvimos el último control, ese en el que puso la fecha para la cesárea. "¿¿Algo como qué??", me salió de pronto y maldije un poco no haber hecho tampoco el curso de preparto. Pero no, no era nada del otro mundo: si siento que la beba no se mueve como siempre, si pierdo sangre roja, si tengo contracciones rítmicas por más de una hora que no se pasan con Sertal... cosas lógicas que hasta una neófita como yo puede descubrir por sí misma. Pero qué voy a sentir, si estoy en mi mejor momento... Duermo como una yegua a pata suelta, como con un gusto infernal, disfruto completamente embobada de esta simbiosis que tiene los días contados; de pronto la siento quieta durmiendo a la par mía y me pregunto si será normal, entonces le hablo un poco y la zarandeo, y ya aparecen sus patitas locas saludando a la vida, Emilia redonda y dulce, regalona de su mamá. No creo que se adelante, me parece que ella está tan cómoda como yo.
Llegamos a la última semana, la recta final de este camino que se me abrió como una sorpresa inesperada y TAN ansiada aquel 20 de diciembre, con una beta de 288. Después, ya seremos declaradamente dos, y dejaré de ser una mamushka para convertirme en canguro y vos dejarás de ser "mía, mía, mía", como te canto cada anochecer, para ser "tuya, tuya, tuya". Y un poco mía, para siempre.

miércoles, 13 de agosto de 2014

21 de agosto, Leo

Ayer tuvimos turno con la obstetra: aparentemente Emilia nacerá el jueves 21 de agosto! Tenemos reservado quirófano para las 13 hs. Lo ideal para mi médica era que naciera el martes o miércoles de la semana próxima, pero debido al lunes feriado el quirófano estaba más complicado de lo habitual. De todas maneras habló con Neonatología delante nuestro y quedaron en que si era necesario/posible hacer un hueco antes nos avisarían.
Así que tenemos fecha, y va a a ser dentro de Leo, como yo quería :)
Con la noticia nos pusimos muy contentos, y nerviosos, y contentos, y nerviosos, y así sucesivamente, en una espiral en la que se nos mezclan inevitablemente las emociones. Quiero disfrutar cada uno de estos momentitos que nos quedan juntas como mamushkas, grabarlos en mi memoria, tatuarlos en mi alma para poder recurrir a ellos siempre que sienta nostalgia.
Estoy muy emocionada, muy feliz, muy asustada.

lunes, 11 de agosto de 2014

La partera y el marketing obstétrico

No voy a contratar la partera que trabaja con mi obstetra por un montón de razones, entre las cuales me parecen las más importantes las siguientes:

* voy derechito a una cesárea mega programada que tiene en vilo a medio sanatorio
* ya conozco el edificio, la admisión, el lugar donde está el quirófano, donde voy a estar yo, donde va a estar la beba, etc.
* también conozco al personal del servicio de neonatología, a los médicos, al cardiólogo, al cirujano, etc.
* IC puede estar conmigo en todo momento.

No le veo, sinceramente, la utilidad. Ni qué decir que para mí el parto es el medio [para no decir el trámite] por el cual vamos a llegar a lo realmente importante: Emilia y su salud. No tengo posibilidad de hacerme problema por el parto porque tengo un miedo mucho mayor y superador que es lo que viene después. Por otra parte, conociéndome el carácter y las mañas, temo que pueda ser altamente contraproducente para mi humor tener una persona encima en un momento tan delicado, de tanto nerviosismo y emocionalidad al palo.
Lo conversé con IC, con mi obstetra, con amigas que fueron madres; todos coincidieron en que era razonable que me atienda la partera de guardia.
El día del primer monitoreo, la Lic. en obstetricia que me hizo el estudio me preguntó si ya conocía a la partera, y yo le expliqué brevemente todo esto. Me miró con una cara de sorpresa que me asustó. Me hizo sentir una paria, diciéndome que bueno, que las chicas en general se sienten más tranquilas de conocer a la partera con anticipación, de tener un referente, que la partera es la persona que me acompañaría en todo momento, que tendría alguien a quien llamar en cualquier horario para sacarme las dudas, etc. Le contesté que seguramente estas chicas de las que me habla no deben esperar un bebé con cardiopatía congénita y que irían a parto natural, en cuyo caso yo también contrataría sus servicios, que seguramente me serían de mucha utilidad en tal situación, la cual, lamentablemente, no constituye mi escenario. Fin de la conversación.
Me fui de la consulta con un sabor amargo, la semilla de la duda ya estaba instalada. Más tarde, amigas se encargarían de disiparla a los gritos, con argumentos del estilo "a mi me chupaba un huevo el médico, te imaginás la partera, lo único que quería era que me ayuden a liberar a Willy y volvernos a casa" y demás exageraciones que me hicieron reír y volver en mí. Pero qué feo generarle inseguridad a una persona en mi situación por mero corporativismo!

Efectos colaterales del dolce far niente

♥ No me importa más el pronóstico meteorológico
Está fallando el piloto automático del calefón y no le veo el problema: si tiene que venir el gasista... hay alguien en casa, ¡YO!
♥ Llamo para pedir un turno y me puedo dar el gusto de decir: "Dame cualquier horario, no hay drama"
♥ Camino a dos por hora [literal], un poco porque si me apuro me duele feo la panza [se pone dura como piedra], pero también porque disfruto de no tener horarios ni compromisos, de poder "pasear" fuera de contexto.
♥ Estoy completamente desconectada del trabajo y si la entrega prevista se realizó o no, me importa un corno. Se me fue el profesionalismo al tacho.

Cuestión que los días se están pasando entre lavado de ropa de bebé con jabón blanco, hacer espacio en este placard, armar el catrecito que nos prestaron, estudios, estudios y más estudios, monitoreos fetales, la lista del bolso que sigue vacío y esperando, etc.
Parece re aburrido dicho así, pero juro que no lo es. Disfruto cada segundo de este cuarto intermedio.

miércoles, 6 de agosto de 2014

37 semanas, un bebé a término

Llegamos a la meta, Emilia está a punto caramelo! Puede nacer cuando quiera sin enfrentar más riesgos que los que corre el común de los bebés. Mientras tanto voy a los monitoreos fetales y una vez por semana escucho los "está perfecto" y "tiene un latido de libro" que les son dichos a otras panzas; a mí me tocan los "qué bien cómo se mueve, está muy vital", "¿ya tenés cardiólogo infantil?", "¿los de neo qué te dicen?".
Pero no puedo quejarme, no tengo derecho. Cuando empezó esta pesadilla dentro del sueño nos dijeron que no se sabía a ciencia cierta ni siquiera si íbamos a llegar hasta acá: no hay estadísticas suficientes respecto de la mortalidad en el vientre materno de los bebés con este tipo de cardiopatías. Y si llegábamos hasta acá, también podía suceder que fuera sin un crecimiento adecuado, con bajo peso, con malformaciones colaterales en otros órganos... un sinfín de otros problemas que todos juntos parecían una montaña, una infranqueable montaña salida de la nada. Sin embargo la fuimos recorriendo, poquito a poco, con mucha esperanza y alegría, también con miedo y altibajos, y picos y valles, siempre con el aliento de los otros, que nos acompañaron a lo largo de todo este recorrido. Y parece que vamos llegando, voy sacándole punta al lápiz con el que espero tachar al menos dos grandes miedos de la lista, dos grandes peligros que nuestra pequeña samurai sorteó victoriosa.