miércoles, 11 de marzo de 2015

Irreal

Estoy sentada otra vez frente a mi monitor, en la oficina. El mismo monitor en el que vi el número más maravilloso de mi vida, el 288, y frente al cual, 13 meses después, lloro varias veces al día de manera casi automática, entre tarea y tarea.
Volví a trabajar el lunes y estoy contenta, pero igual lloro. Lloro porque sí, porque la extraño, porque todavía no me lo creo, porque lo revivo con cada pregunta, con cada pésame, con cada abrazo en silencio. Lloro porque sí, porque estoy triste aunque me ría, porque me hace falta, porque no lo controlo, porque llorar parece haberse convertido en un ejercicio emocional incombatible, inevitable, instalado en este nuevo yo que soy a partir de ella, mi Emilia.

14 comentarios:

  1. hermosa....! es que no queda otra que llorar! No entiendo cuando la gente dice "ay, no llores...".
    Saca todo, es una manera de curar supongo.
    Siempre pienso en vos, en tu Emilia.
    No queda otro remedio que vivir este proceso sabiendote valiente, no es poca cosa.
    De veras que no.
    Ojalá puedas verlo.
    Aca estoy si necesitas charlar.

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    1. Gracias Dani, hermoso lo que decís y lindo que nos tengas presentes. El hilito invisible que conecta a las personas, aunque no nos conozcamos ♥

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  2. Entiendo y te acompaño en tu dolor. Tiene que ser duro volver a la rutina.
    Hay que seguir hacia delante. Tienes una estrella que te guía con su luz.

    Un abrazo gigante desde la distancia.

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  3. Y cómo no vas a llorar! Llorá todo lo que quieras y necesites!
    Beso

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  4. Qué decir? Que te acompaño en esto, que los pienso mucho, que Emilia se ganó un pedacito de mi corazón gracias a tus palabras aquí escritas. Dicen que acariciar con el alma es escribir. Siento que con este blog nos hiciste partícipes de esas caricias que le prodigabas a tu hija. Y que desde el espíritu se las seguirás prodigando.

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  5. Sos muy valiente. Llorar es de valientes, seguir adelante es de valientes, compartirlo, saber pedir, vivir. Te admiro mucho. Beso grande!

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  6. Llorar sana, llorar te guía, un abrazo desde un lugar de mi corazón.

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    1. Llorar alivia y ayuda a procesar. Fundamentalmente alivia, no? Desagota el alma. Abrazo para vos!

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  7. Pues hija, llora a gusto, golpea las cosas y haz todo lo que te pida el cuerpo; porque el duelo es necesario para cerrar el duelo. Abrazo desde Andalucía

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