miércoles, 12 de junio de 2013

Llegaron los sticks!

Todavía no puedo decir si mi primera preocupación se va a resolver con final feliz, porque eso implicaría hacerme unos cuantos test y encontrar uno que dé positivo después de algunos otros que den negativo, así que todavía no estoy en condiciones de decir. Hasta ahora mi única acción respecto de los test de ovulación fue abrir ansiosa el paquete en el que vinieron, lo cual me retrotrae a mi segunda preocupación, que tenía que ver con la discreción del asunto, y sí, esa sí puedo afirmar que se resolvió por la positiva. En mi fantasía imaginaba que el encargado del reparto iba a decir por el portero eléctrico, a voz en cuello: "Sí, qué tal, vengo de ML a traerle unos test de ovulación a la Sra. fulana de tal, ¿¿es acá??", pero por suerte no solo no pasó así, sino que el susodicho asunto venía muy bien envuelto en un sobre de papel madera, adentro de una bolsita rosa, adentro de sus respectivos paquetes. Así que abrí todos los envoltorios como si fueran mamushkas, o más bien -considerando la ansiedad- como si fuera ese juego en el que todos sentados en ronda se van pasando un regalo que hay que ir desenvolviendo, y que al sacar una capa se descubre que viene envuelto en otro papel, que a su vez viene envuelto en sucesivos otros varios papeles y la cosa se pone tensa y nerviosa, hasta que finalmente uno llega al final y se queda con el bendito premio. Bueno, a falta de alguna amiga con quien ir compartiendo la cosa me lo fui pasando de una mano a la otra hasta que logré abrir la primer cajita y descubrí con horror que las instrucciones venían en chino. Gran alivio al descubrir que viene con fotocopia traducida que explica lo básico como para que sepas qué hacer con el pis, el palito y los resultados que se supone van a aparecer al cabo de 5 minutos máx. Hasta ahora vamos fenómeno. 
El tema es que parece que para que salga bien la cosa hay que cumplir con tres simples indicaciones:
1. Hacer la prueba todos los días a la misma hora.
2. Tener mínimo tres horas de retención de orina.
3. No usar el primer pis de la mañana.
Rara vez después de la oficina estoy todos los días en el mismo lugar a la misma hora, así que ya me veo deslizándome subrepticiamente al baño público de donde esté con mi tachito para el pichín y el reloj cronómetro para los 5 minutos. Una peripecia con la cartera colgando del cuello, teniendo la puerta con una mano, el tarrito con la otra, el paquetito con el stick entre los dientes, tratando de embocarle el meo al tachito sin que se vuelque por todos lados, apoyarlo en el piso rogando que no moje el suelo, tener la puerta con el codo para liberar la otra mano y abrir el paquetito... en fin, tremendo estrés. 
Dios mine, espero que todo esto me lleve a buen puerto...

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