viernes, 21 de febrero de 2014

El salto de la rana

Estoy con el subidón de la euforia que me dura desde hace exactamente cinco horas, cuando, mientras veía a la ranita que llevo adentro mover los brazitos, las piernas, la cabeza, arquearse y saltar en su bolsita tibia, en la hamaca paraguaya que le proveo ahí abajo de mi ombligo, escuché a la médica decir que sí, que estaba todo perfecto, que el huesito de la nariz se había visto al toque y que el pliegue de no se qué tenía exactamente la medida que tenía que tener. Y yo, para variar, exploté en una catarata de lágrimas que dejé correr hasta vaciarme, y entonces pude prometerme que hoy las gastaba todas, porque hoy es la despedida de la angustia y del silencio, de los nervios, de las dudas. Hoy, dejo todo eso atrás y me pongo a tejer y a disfrutar, a sabiendas de que riesgos siempre existen, pero ya menos, mucho menos.
Oh, el amor y la felicidad... 

4 comentarios:

  1. CLARO QUE SI, A DISFRUTAR DEL AMOR Y LA FELICIDAD QUE ESTAN VIVIENDO

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  2. Respuestas
    1. A tejer se ha dicho, ya arranqué. Aunque parece que me tomé en serio lo de Penélope, destejí más de lo que avancé!! :P
      Besos Irene :)

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