lunes, 16 de junio de 2014

El debut

Es domingo. Se nota en la calma con la que doy vueltas en la cama, disfrutando del calor de las sábanas. También se nota en la insistencia con la que miro a IC, a ver si da señales de despertarse. No, no las da, y Emilia mientras tanto se acomoda en mi vientre en reposo. Tengo escondido el regalo debajo de la mesita de luz y estoy ansiosa, esperando que sea el momento de dárselo. La habitación está tranquila, en penumbras: cada tanto se oye algún pájaro surcar el aire chillando, algún vecino que camina descalzo o una corrida de los cobayos que terminó en coleada. No hay bocinas, no hay gritos. Disfruto.
De pronto, un latido rítmico me sobresalta la panza. Pienso que será una patadita y me concentro en descifrar su aleteo. No, es demasiado suave, demasiado pausado, demasiado sostenido... ¡Es hipo!
Emilia tiene hipo y puedo ver contraerse la panza con cada saltito acompasado que da. La alegría me hace reír en voz alta. Me inclino sobre IC y se lo cuento al oído, suavecito: "Emilia tiene hipo".
Él sonríe, dormido, entre sus pelos enmarañados

2 comentarios: