miércoles, 28 de mayo de 2014

La neo, ese futuro hogar

En la neo hace calor, es como un nidito sumido en luces tenues y sonidos amortiguados. Todos hablan en voz baja y sonríen amablemente al vernos pasar. De un lado, donde está el vidrio y las cortinas, están los niños que no necesitan más atención de la normal; del otro, del que está más cerca de la entrada, las incubadoras. Ese va a ser nuestro sector. Al lado de cada incubadora hay dos sillones bajitos para que los papás de estos chicos en situaciones más complicadas podamos eventualmente sentarnos a acompañarlos. Los de este lado tenemos acceso irrestricto a nuestros bebés; sería algo así como la ventaja de la desventaja. Podemos tocarlos, pero no amamantarlos (por lo menos no a los bebés con problemas cardíacos, ya que se fatigan mucho con el esfuerzo). Para suplir la falta de teta está el "lactario", donde podemos extraernos la leche con la que ellos después los alimentarán (¿por sonda? No pregunté).
En nuestro sector había una pareja sonriente mirando hacia dentro de una incubadora. La médica que nos hacía el tour nos contó que habían tenido trillizos; qué gol. Ni bien entramos nos miraron expectantes, como buscando futura complicidad. Yo sentí mucha ternura. Pensé: "No, todavía no. Esto es solo una entrada en calor".
Hoy Emilia cumple su semana 27 y se mueve como loca.
Yo ya sé dónde va a pasar sus primeros días y me siento mucho mejor 

2 comentarios:

  1. Vas a tener que pensar cómo nos vas a contar cómo está Emilia mientras estés en la neo!! (no creo que tengas tiempo de actualizar el blog..). Te mando un beso!!

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    1. Siiii, jajaj, es cierto! A mi me pasó con un blog, que la autora lo último que contó fue que la beba había nacido pero que estaba todo mal y después cerrooooo el bloooog!! tremendoooo! jajaj Todavía busco enterarme qué fue de ella... Para mi el blog es catártico, así que voy a tratar de hacerme un rato para actualizar las novedades, aunque sea desde el celu... Tengo que investigar. Besos Irene!!

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