viernes, 5 de junio de 2015

Bastón de mando al corazón

No sé si es producto de la medicación homeopática, un efecto cascada, mero cansancio mental o ganas de poner en penitencia a mi cerebro, pero adentro mío hubo un conciliábulo espontáneo -al que mi conciencia no fue convocada-, en el que los miembros asistentes (ignoro cuáles) decidieron por unanimidad que muchas gracias por todo pero es hora de que el bastón de mando pase de la razón al corazón. Así fue como, por ejemplo, frente a la crisis de mi papá, acostumbrados a los habituales plan A, plan B y plan C por las dudas que suelo armar en dos minutos, todos me preguntaban "¿Qué hacemos?", "¿Qué te parece?", "¿Qué opinás?", y yo NADA. Cero. Cara de vaca pastando. Piiiiiiiiiiiip, línea plana. Mi respuesta era siempre la misma: "Ni idea, iremos viendo". Imposible lograr un plan, una previsión, una anticipación. Y fue lo mejor que me pasó en mucho tiempo: mi corazón creyó que yo no iba a poder sola, o que no debía poder sola, y me hizo pedir ayuda. Así fue como mi mamá tomó las riendas, mi hermana se involucró, y entre todos estamos tejiendo la red que mi papá necesita. El resultado es que él está mucho mejor, y que yo estoy comprobando, felizmente, eso de que las penas compartidas son medias penas.
Genio corazón, sos mucho más copado que el inquilino de arriba, sabelo.

2 comentarios:

  1. Lo que contás me hace acordar a una amiga con su mamá internada en un instituto de Salud mental... Siempre con quilombos, que se escapó y se quiere tirar del puente, que rompió todo, que se empacó y se niega a hablar.

    UN día mi amiga estaba con otros problemas, propios, de su familia, muchos, y la llamaron porque la vieja se negaba a comer. Sintió que ya no podía más, que se salía de su capacidad abarcativa de quilombos.

    Fue y le dijo lo que no le había dicho nunca: "Mirá mamá, si no querés comer más, no lo hagas, dejate morir así. Puedo ayudarte en muchas cosas que necesites pero en esto no, no puedo comer por vos ni obligarte y si es tu decisión, la voy a respetar."

    Adivinaste, algo vio diferente ese día la vieja en la actitud de la hija, la miró y pidió el almuerzo.

    A mi amiga le sirvió mucho la experiencia, como te pasó esta vez a vos.

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    1. Jajaja a veces son más vivos de lo que uno cree los padres! O más tiranos, vaya uno a saber... Besos Ashiku!

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