No se puede vivir así, es una locura. Todos los meses lo mismo: uno,
dos, tres días de duda existencial y de nuevo la decepción, o el intento por ni
pensar en eso y seguir para adelante como si nada, para tratar de minimizar el impacto emocional que me provoca cada menstruación.
Para peor, todo este acontecer emocional que se me desarrolla
adentro, en algún lugar impreciso entre el corazón y el cerebro, lo padezco envuelta
en el máximo silencio, porque me resulta IMPOSIBLE la idea de compartirlo con IC. ¿Qué tiene de malo
admitir que sufro por el mismo tema que viene ocupando y preocupando al
conjunto de la humanidad desde su primera camada? Ni idea. Nada, supongo. Es
más, si viniera alguna amiga y me contara lo que le pasa le diría “pero no seas
boluda, compartilo con él, que la carga se aliviana cuando uno habla de las
ansiedades y además la decisión es de los dos y blablablah”, pero la realidad es
que me resulta imposible hacer un berrinche público por un negativo en un
Evatest. No lo resisto. Simulo que no me importa, que entiendo, que la próxima será, que al final tampoco es que la vida se me va en eso…
Después la frustración se abre camino bajo múltiples máscaras: malhumor, tristeza, irritabilidad... you name it. A mi me rebota y a vos te explota. Bah, a mí también me explota.
Después la frustración se abre camino bajo múltiples máscaras: malhumor, tristeza, irritabilidad... you name it. A mi me rebota y a vos te explota. Bah, a mí también me explota.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario