A veces lo culpo. Secreta e íntimamente me permito pensar,
por unos segundos, que si estuviera con otro tipo esto no me estaría pasando;
que si me hubiera quedado con mi novio anterior ya sería madre hace muchos años;
que tal vez ese era mi destino y que me equivoqué; que lo forcé, lo torcí, la
cagué. Es un pensamiento rápido como un rayo que cruza mi mente en centésimas,
milésimas de segundos; una sensación articulada que apenas si llega a
corporizarse en su vuelo rasante; una idea alada que se lanza, suicida, desde
la altura del balero y sobrevive lo que puede hasta llegar al corazón. Ahí se
desarticula, se desarma, derrapa, se desvanece como un cubito de hielo en la arena del
medio del desierto.
Espero que tu deseo se haga realidad pronto. A veces, cuando sucede, te olvidás de toooodo el tiempo largo larguísimo que estuviste esperando para que ocurriera.
ResponderBorrarGracias por visitarme y por compartir estos sentimientos tan íntimos.
Gracias, Mariana! Ojalá :)
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