viernes, 24 de mayo de 2013

Alianzas sí, alianzas no

Tengo argumentos a favor y en contra para el hecho de usar alianzas al casarse. Evidentemente la pulseada la vienen ganando los argumentos en contra, ya que con IC nos casamos hace ya unos cuantos meses y todavía ni rastros de anillos. El motivo en contra más obvio de todos es que me molesta la necesidad de la sociedad de marcarte, tipificarte, incluirte en una lista y acordar un símbolo para que todos entendamos que esa persona está "ocupada": no se puede intentar nada con los que portan ese anillo, esa es la señal. Me molesta también la inseguridad de las personas que quieren ponerle un anillo al compañero como manera de esposarlo, ponerle un grillete, una marca de propiedad, como si eso disuadiera a la gente de hacerse la linda, como si no fuera un cliché eso del hombre sacándose el anillo y dejándolo caer subrepticiamente en el bolsillo del saco, o como si nadie engañara a nadie o sedujera a nadie con un anillo en el dedo, por favor. También está la no menos cierta razón de que me quedan muy feas y que no me combinan con el anillo que llevo históricamente en el dedo del medio de esa mano, demasiado bohemio como para juntarse con el de al lado, representante de la sentencia que reza "La familia es la base del Estado". De manera increíblemente contradictoria [no solo me casé, lo cual conlleva de por sí todo un tema, sino que] me gusta la idea de elegir algo que nos guste a los dos y llevarlo como un símbolo de unión, de compromiso entre nosotros, más allá de los demás. 
A favor de usar alianza también está el que cuando digo que soy casada me miran la mano vacía y ponen cara de "paabre".

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