miércoles, 29 de mayo de 2013

La disrupción de los jefes

Basta que esté concentrada haciendo algo para que mi jefa disque mi interno y me llame para algo; parece que tuviera un sexto sentido orientado 50 metros al este, directo a mi oficina. Ese "algo", por supuesto, suele ser completamente intrascendente, por lo menos desde mi punto de vista. Es increíble la distancia que separa nuestras mutuas perspectivas respecto [de todo, pero fundamentalmente] de las categorías de "lo urgente", "lo importante", "lo ni fu ni fa" y "lo intrascendente": la regla es que no compartimos criterio en nada, salvo cuando ya estamos sumergidas en alguna crisis y no ver lo urgente sería de miope. 
Mis compañeros y yo compartimos una visión más o menos parecida de la empresa en la que trabajamos, de su potencialidad, de los errores en su gestión, de la mala dirigencia, de la falta de un buen manejo de los recursos humanos, etc., y no logramos comprender cómo puede ser posible que lo tremendamente evidente para nosotros resulte completamente invisible para ellos*. Es un misterio. Qué lente distorsiona las cosas cuando uno es el beneficiario directo del negocio que comanda es un gran signo de interrogación para mí.



*Por "ellos" me refiero a "la gerencia", léase el dueño y su hija, la apoderada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario