martes, 7 de mayo de 2013

Unidas por el espanto

El día que me hice la histerosalpingografía, "salpingo" para los amigos, estábamos a un día de nochebuena y yo no estaba preparada ni emocional ni físicamente para el dolor al que me estaba entregando voluntariamente. IC me acompañó sin tener, él tampoco, mucha idea de qué era lo que iba a pasar. 
La imagen que se me viene a la mente cuando recuerdo esa media hora dentro del consultorio tiene más que ver con el potro que con una práctica médica: te sujetan el cuello del útero con unas pinzas y con unas mangueritas te llenan la cavidad de un líquido que hace contraste, mientras te toman imágenes del interior con una máquina que está suspendida del techo a la altura del centro de tu cuerpo. La idea es ver si las Trompas de Falopio son permeables; incluso sirve para destapar pequeñas obstrucciones, por lo que a veces lo indican a modo terapéutico. Como soy alérgica a la xilocaína me lo tuve que aguantar a pelo; supongo que será un poco paliativo si te la aplican, pero no creo que cambie mucho la cosa. 
El estudio duró en total unos treinta minutos de los cuales diez resultaron insoportables y fue el dolor más visceral, más central, más profundo que sentí en mi vida. En todo momento las tres personas que estaban ahí adentro hicieron lo posible por aliviar mi dolor y mi miedo: me daban la mano, me trataban dulcemente, me daban ánimos; a tal punto fueron sensibles que cuando todo terminó y el dolor cedió y pude relajarme estaba tan emocionada que no pude agradecerles como corresponde. 
Me acuerdo que salí con las piernas temblorosas y los ojos húmedos; debo haber tenido una cara de espanto importante también, porque IC saltó del asiento de la sala de espera para venir a abrazarme. Creo que ese día entendió que todo esto iba en serio, que la búsqueda era búsqueda y no un tiro al azar a ver qué pasa. Creo, asimismo, que me ayudó a  a entenderlo a mí también.
Ayer le hicieron este estudio a una gran amiga mía a la que quiero mucho y tengo lejos, y estuve ansiosa todo el día. Por suerte, como en mi caso, salió todo bien. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario